Aunque las telenovelas diurnas en televisión han quedado en el pasado, siendo solo cuatro en producción en 2021 según Newsweek, en su época dominaban las ondas. Desde los años 50 hasta los 2000, miles de espectadores seguían con entusiasmo las vidas, amores, tragedias y triunfos de personajes en series como «Guiding Light», «As the World Turns» y «All My Children.» Muchas centraban sus tramas en familias adineradas y poderosas, con melodramas adictivos que podían durar años. Aunque a menudo criticadas por ser meras fantasías para amas de casa aburridas, estas telenovelas tenían seguidores en todos los grupos sociales.
Para los años 60, muchas de las telenovelas más conocidas, algunas originadas en radio, se habían convertido en instituciones culturales. Sus historias de romance y conflicto personal eran infalibles. Sin embargo, en 1966, una nueva telenovela irrumpió en la cadena ABC que cambiaría las reglas del juego: «Dark Shadows.» Fusionando el gótico de «Jane Eyre» con elementos de lo sobrenatural y horror, relata la historia de Victoria Winters, una joven criada en un orfanato que se convierte en institutriz de la misteriosa familia Collins, en busca de descubrir su pasado. Con tramas sobre vampiros, hombres lobo, fantasmas y viajes en el tiempo, la serie superó a la competencia convirtiéndose en un fenómeno cultural. Esta es la verdadera historia no contada de «Dark Shadows.»
Dan Curtis: el rey del terror en la televisión
Como se explica en una entrevista adicional, el creador Dan Curtis empezó en la televisión dirigiendo y produciendo «The CBS Golf Classic,» pero siempre tuvo ganas de contar historias. Finalmente, en 1966, pudo vender «Dark Shadows» a ABC. El éxito de la serie gótica le permitió seguir en la industria como escritor, productor y director. En los años 70, se consolidó como el rey del horror televisivo con éxitos como «The Night Stalker» (1972), un telefilme basado en un guion de Richard Matheson que mostraba a Darren McGavin como un reportero que descubre un vampiro en Las Vegas. Le siguieron secuelas y versiones para televisión de clásicos del horror como «El retrato de Dorian Gray,» «Drácula» y «El giro de la cuerda.»
En 1975, Curtis colaboró con Matheson y William F. Nolan en «Trilogía del Terror,» con tres historias y protagonizada por Karen Black, siendo la más famosa «Amelia,» donde Black lucha contra una marioneta fetiche Zuni. Hasta hoy, esa escena sigue siendo uno de los pesadillas de generaciones.
«Dark Shadows» se inspiró en una pesadilla
El éxito previo de Curtis en televisión le permitió solicitar más proyectos. En 1965, tras un sueño inquietante, Curtis ideó la serie. Relató que vio a una joven con cabello largo y oscuro en un tren que llegaba a un pueblo aislado y finalmente llegaba a una casa enorme y siniestra, tocando una aldaba y oyendo a un perro aullar. Esa visión lo llevó a crear lo que sería «Dark Shadows,» estrenándose en 1966.
Lela Swift, la directora de «Dark Shadows»
Para dar forma a su visión, Curtis seleccionó un equipo de profesionales, entre ellos a Lela Swift, pionera en la dirección televisiva. Swift empezó en los 40 en CBS, y fue asistente de dirección en programas como «Studio One,» donde ayudó a impulsar carreras como la de James Dean. Dirigió casi 1,225 episodios de «Dark Shadows,» y en 1975 dirigió «Ryan’s Hope,» ganando tres premios Emmy, hasta su fallecimiento en 2015 a los 96 años.
«Dark Shadows» estuvo a punto de cancelarse en su primer año
Al principio, la serie se centró en lo gótico y en el misterio, con Victoria Winters buscando pistas sobre su pasado. Los fantasmas eran metafóricos, y la serie no tenía elementos sobrenaturales evidentes. Los críticos la consideraron aburrida y las audiencias muy bajas. Curtis recuerda que, tras las primeras semanas, pensó que la serie fracasaría. Sin embargo, decidió añadir un espectro y, posteriormente, un vampiro, lo que hizo disparar los ratings.
La llegada del vampiro Barnabas Collins
El personaje de Barnabas Collins, interpretado por Jonathan Frid, transformó «Dark Shadows.» Aunque en un principio no se pensaba que fuera protagonista, Frid, un actor teatral canadiense, sorprendió a todos con su interpretación compleja y su magnetismo. La serie en su momento popularizó a Barnabas como símbolo sexual, y su historia de vampiro antiguo fue un gran éxito televisivo, funcionando como un homagio moderno a los monstruos clásicos. El propio Curtis aclaró que Barnabas fue inicialmente solo un villano, no un héroe, y que nunca pensaron en que su participación fuera tan duradera o significativa.
La fiebre por «Dark Shadows» en el país
Con el giro de los elementos horrorosos, especialmente la introducción de Barnabas como vampiro, la serie se convirtió en estrella de audiencia y fenómeno cultural. Aprovechando la ola de «monster mania» de finales de los 50 y principios de los 60, «Dark Shadows» alcanzó popularidad entre públicos que no solo eran mujeres, sino también adolescentes y adultos, incluso figuras como Jacqueline Kennedy Onassis declararon ser fanáticas. La serie generó un merchandising muy importante: novelas, cómics, juegos de mesa y pósters llenaron el mercado, convirtiendo a «Dark Shadows» en una franquicia de culto.
Un mosaico de temas horrorosos
Pese a que Barnabas fue el centro de la serie, «Dark Shadows» abarcó casi todos los temas clásicos del horror: fantasmas, brujas, hombres lobo, zombis y criaturas inspiradas en Lovecraft como los Leviatán. Curtis siempre mostró su amor por el género, declarando que desde niño amaba las películas de horror, incluyendo las clásicas de Universal como «Frankenstein,» «El hombre lobo» y «Drácula.» La serie homenajeó también a estas criaturas, incluyendo su propia versión de «La sombra del vampiro,» con volteos a «El Hombre Lobo,» «Frankenstein» y otros monstruos.
«Dark Shadows» en cine
Después de varios intentos, Curtis logró llevar a la pantalla una versión cinematográfica en 1970, llamada «House of Dark Shadows,» con parte del elenco original y con un tono más violento y sangriento. La película fue un éxito y generó una trilogía, aunque Curtis nunca pudo traer de vuelta a Barnabas en la secuela, tras algunos cambios en el argumento y la retirada de Frid por miedo al estigma. En 1971, se estrenó «Night of Dark Shadows,» centrada en una nueva versión de Quentin Collins, pero con una historia alterada por recortes de la producción.
Una trama lovecraftiana trajo la caída
En 1969, «Dark Shadows» decidió explorar un giro diferente inspirado en Lovecraft, con la historia de los Leviatán, seres cósmicos que habían gobernado la Tierra antes de los humanos. Aunque algunos seguidores disfrutaron el cambio, muchos otros criticaron que el show se alejara de los convencionalismos del horror gótico, y Kathleen Resch, editora de «The World of Dark Shadows,» afirmó que mostraba a Barnabas como un títere de un poder superior. Este episodio fue la causa principal de la caída en audiencia, que pasó de 20 millones a solo 6 millones de espectadores.
Regreso en los ’90 y su fin por la guerra
Tras terminar en 1971, la serie volvió en 1991 con un nuevo elenco y con Ben Cross como Barnabas. Aunque fue muy exitoso en ratings, la Guerra del Golfo en ese mismo año obligó a su cancelación debido a interrupciones por noticias de última hora. Pese a los esfuerzos de fans y campañas, «Dark Shadows» fue suspendida en su primera temporada en esa ocasión.
Tim Burton y su versión cinematográfica
En 2012, Burton dirigió una película con Johnny Depp como Barnabas, pero el filme no convenció a críticos ni al público, siendo considerado un fiasco. Burton alegó que la fallida fue por el material original, que en su opinión, tenía un tono culto pero muy bizarro, y que no lograba captar su esencia. Pese a las malas críticas, «Dark Shadows» ha logrado mantenerse vivo en la cultura popular, con seguidores que mantienen vivo su legado a través de fanarts, series de audio y proyectos como «Dark Shadows: Reincarnation,» que finalmente no fue producido pero da esperanza a futuros nuevos intentos.