¿Por qué los soldados necesitan que los tapen después de graduarse?

Historia
Estados Unidos

Como ocurre con todas las tradiciones militares, las ceremonias de graduación de los soldados están llenas de reglas y rituales. Uno de los más destacados es la tradición del «tap out», que tiene como objetivo mantener un poco de orden en un momento tan emotivo. Durante la ceremonia, los graduados permanecen en sus lugares y sus familias los encuentran, creando un instante de unión especial.

Lo que diferencia esta tradición de otras es la carga emocional que conlleva. Los soldados y sus familias han trabajado arduamente y enfrentado situaciones exigentes muchísimo más allá de lo habitual. Durante su entrenamiento, han estado separados de sus seres queridos, sin el nivel de comunicación inmediata al que estamos acostumbrados en el siglo XXI. Sus teléfonos son confiscados durante toda la fase de entrenamiento y no tienen acceso a internet. Incluso, en la escuela militar, no se permite recibir llamadas salvo en casos de emergencia.

En casa, las familias y amigos apoyan a los soldados en entrenamiento enviando cartas manuscritas, fotos y otros objetos de consuelo autorizados por el ejército. Pero durante entre siete y trece semanas, dependiendo de la rama militar, no hay visitas ni contacto físico con los seres queridos. La primera vez que vuelven a verse después de esa ausencia es en la ceremonia de graduación, cuando sus seres queridos los “tapan” en el hombro. En ese momento, pueden relajarse y, como es habitual, suele darse un emotivo abrazo lleno de lágrimas y alegría.

Un momento que no todos tienen la oportunidad de vivir

La tradición es más prominente en la Fuerza Aérea de EE.UU., aunque existen numerosos videos en TikTok de graduaciones en el Ejército y la Marina donde también se realiza el «tap out». En la Marina, en lugar del «tap out», hay una tradición conocida como la «Llamada de Libertad», en la que las familias van a buscar a sus marineros tras la graduación. Técnicamente, los graduados de la Fuerza Aérea no están obligados a esperar en formación, según la página oficial de Entrenamiento Militar Básico de la Fuerza Aérea. Aunque la mayoría lo hace por tradición, no se aplica de manera forzada, ya que a menudo se cuentan historias de cómo resulta triste que nadie “tapó” a un graduado.

Un aspecto negativo de esta tradición es que no todos cuentan con alguien dispuesto o capaz de viajar a la graduación militar de su ser querido. Ver a los demás reunirse con sus familias puede ser un momento solitario para algunos, pero no necesariamente tiene que ser un familiar, amigo o pareja quien realice el «tap out». Las familias pueden organizar que el amigo del graduado también sea quien lleve a cabo esta tradición.

Una experiencia llena de emociones

Como se mencionó anteriormente, los «tap outs» son momentos cargados de sentimientos. Marcan la culminación del esfuerzo de un joven en el entrenamiento militar básico. Aunque no siempre tan exigente como el entrenamiento de las Fuerzas Especiales, suele marcar un cambio en los soldados, quienes a menudo parecen diferentes a como eran antes.

Es probable que sea la separación más larga que hayan tenido con sus familias. Monique Smith, madre de un graduado de la Fuerza Aérea en 2023, relató su experiencia en la ceremonia para Military Mom Collective. Describió la «ansiedad y emoción» que sintió, incapaz de dormir la noche anterior por la expectativa de ver a su hijo. Cuando lo vio, dijo que «las emociones eran tan intensas que se sentían palpables.» Observó a su hijo con binoculares: «un hombre nuevo», un «chico musculoso, con cabeza afeitada y una gran sonrisa».

La expectativa continuó durante toda la ceremonia hasta que llegó el momento de los «tap outs». «Fue un momento épico», escribió. «Habíamos pasado el periodo más largo sin vernos y nos abrazamos como si fuera la primera vez. Lloré y le susurré que todo estaba bien y que él lo había logrado. La mayoría de los militares sollozaron durante el «tap out» por la emoción contenida.»

Sin duda, la parte del «tap out» en una graduación militar es emotiva e inolvidable. Los soldados han pasado meses duros en entrenamiento y están listos para construir su futuro. Sus familias los apoyan desde lejos, extrañándolos, preocupándose y amándolos. Cuando vuelven a encontrarse, ambos lados han pasado por dificultades, pero ese esfuerzo hace que el momento sea aún más dulce.

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