Pennsylvanie es sin duda uno de los lugares con más historia. Tiene la famosa Campana de la Libertad con su icrático grieta, una gran comunidad Amish que domina el mercado de muebles de madera artesanales, y, eh… Esperen un momento, pensaremos en algo más. Ah, sí, leyes insólitas. Aunque no son exclusivas de Pennsylvania, aquí hay algunas leyes curiosas—algunas probablemente hayas oído, pero en realidad no son ciertas. Por ejemplo, está la ley que prohíbe disparar cañones en bodas, la que impide hacerse pasar por un adivino para cobrar por ello (solo médiums auténticos), la que prohíbe llevar burros o mulas en tranvías en Pittsburgh, o la que no permite mascotas en áreas donde se prepara comida (como en restaurantes), y algunas más. Pero hay una en particular que llama la atención: las leyes relacionadas con los cadáveres, específicamente, que deben estar embalsamados o refrigerados si no son enterrados en las 24 horas siguientes.
La ley de entierro obsoleta en Pennsylvania aún vigente
Una ley que insiste en que los cuerpos se almacenen correctamente si no se entierran rápidamente no parece tan extraña a simple vista. Todos sabemos qué sucede con la materia orgánica después de la muerte: se pudre, las aves carroñeras visitan el cadáver, aparecen gusanos y larvas, etc. Según un artículo publicado por StatPearls, la actividad microbiana en un cuerpo humano alcanza su pico en las primeras 24 horas. Es en ese momento cuando el cuerpo empieza a tornarse verde, la putrefacción se instala, y la piel aparenta un efecto