Una de las figuras más influyentes y controvertidas en la historia del movimiento por los derechos civiles, Malcolm X, fue un ferviente defensor de los derechos de la comunidad negra y un crítico abierto de la integración racial promovida por líderes pacifistas de su época. Sin embargo, tras una ruptura amargada con la Nación del Islam y un cambio en el rumbo de su activismo, Malcolm X comenzó a convivir con una paranoia que le hacía sospechar que sus antiguos aliados estaban intentando quitarle la vida. Según información de Biografía, el extraficante de calle creía que la organización detrás del ataque incendiario a su casa en Queens era la Nación del Islam, y la naturaleza impredecible de su vida empezó a afectar su salud mental.
Su asesinato en el Audubon Ballroom fue atribuido a tres miembros de la Nación del Islam: Talmadge Hayer, también conocido como Thomas Hagan (actualmente Mujahid Abdul Halim), Norman 3X Butler (hoy Muhammad A. Aziz) y Thomas 15X Johnson (actualmente Khalil Islam). Hayer fue la única persona que admitió su participación en el crimen; los otros dos siempre sostuvieron su inocencia, y Hayer apoyó sus reclamos. Aunque Islam falleció en 2009, Aziz y Hayer están vivos y fuera de prisión, y Innocence Project señala que el primero sigue luchando por limpiar su nombre.
Las circunstancias en torno a la muerte de Malcolm X podrían sugerir una conspiración
En los años posteriores a su asesinato, la publicación de nuevas evidencias cambió la narrativa sobre su muerte. No solo Malcolm X fue vigilado de cerca por el FBI en el momento de su asesinato en el misteriosamente asegurado Audubon Ballroom, sino que CNN informó que el exdirector del FBI, J. Edgar Hoover, instó a la oficina de Nueva York en 1964 —un año antes de su muerte— a «hacer algo» respecto al activista. Además, Tony Bouza, ex detective del Buró de Servicios Especiales e Investigaciones (BOSSI), afirmó que fue la Policía de Nueva York la encargada principal de vigilar a Malcolm X. Como señala The Guardian, el departamento continúa negándose a hacer públicos los registros de vigilancia del activista, lo que alimenta las teorías de una posible complicidad de las autoridades en su muerte.
Las nuevas informaciones siguen sumando peso a las teorías de una conspiración más siniestra por parte de las autoridades para acabar con Malcolm X. Solo este año, The Washington Post publicó que la familia del líder musulmán hizo público una carta escrita por un policía de Nueva York ya fallecido, Raymond A. Wood, en la que confesaba que la NYPD y el FBI organizaron una conspiración para asesinarlo. La FBI se negó a comentar para el medio, mientras que la Policía de Nueva York afirmó que «ha proporcionado todos los registros disponibles» al fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance, quien investiga las condenas de Aziz e Islam.
Según Wood, no quería que el mundo supiera su participación en la supuesta conspiración hasta que falleciera.