La misteriosa historia del castillo abandonado en una isla embrujada de Nueva York

Historia
Estados Unidos

La enigmática historia del castillo abandonado en una isla embrujada de Nueva York

Por Richard Milner

Vista del castillo Bannerman desde atrás
Las leyendas dicen que los capitanes de embarcaciones en el río hablan de un pequeño duende holandés con un sombrero en forma de pan de azúcar, con una trompeta en la mano…

Según relatos de la Isla Pollepel, situada en la desembocadura del río Hudson, en el norte de la zona de West Point, en 1822 Washington Irving escribió un relato donde se menciona un pequeño barco tormentoso y un duende holandés. Pero no fue sino hasta 1900 que un misterio real surgió en esa islita rocosa.

En ese año, el inmigrante escocés Francis Bannerman y su hijo David adquirieron la isla y comenzaron a construir un castillo que imitara las fortalezas de Escocia, aunque en realidad fue diseñado como una instalación de almacenamiento de suministros militares y chatarra. El castillo de Bannerman no era una vivienda ni una fortaleza, sino una estructura visualmente llamativa para guardar armas, munições y objetos militares adquiridos tras la Guerra Civil de EE. UU. y la Primera Guerra Mundial.

Tras la muerte de Bannerman en 1918, una explosión accidental de municiones almacenadas destruyó gran parte del castillo, seguido de tormentas, incendios y vandalismo en las décadas siguientes. Actualmente, el Bannerman Castle Trust mantiene el castillo abierto al público como un sitio turístico.

Pero ni Bannerman ni Irving estaban conscientes de las leyendas nativas americanas relacionadas con la isla, que la califican como un lugar embrujado.

Una isla embrujada y el rey duende

Vista aérea del castillo Bannerman
Las tribus nativas evitaban la isla por motivos misteriosos. Según la página oficial del castillo, los que huían de sus perseguidores Native American se refugiaban allí, ya que no se aventuraban en la isla durante la noche. Los relatos antiguos hablan de «espíritus y duendes» en la isla, especialmente en la noche.

Estos relatos evocan las leyendas holandesas de duendes, como el rey duende, Lord Dunderberg, quien supuestamente aceptaba sacrificios en Pollepel para mantener a raya a los seres malévolos. Otra leyenda menciona a marineros ebrios que eran dejados en la isla para recuperar la sobriedad, y que luego eran rescatados, posiblemente inventando historias de criaturas nocturnas. Curiosamente, «pollepel» en holandés significa cuchara grande, y algunos sugieren que el nombre de la isla podría estar relacionado con la forma del islote o con historias de los inmigrantes.

Relatos holandeses de borracheras, horror y amor

Vista del castillo Bannerman desde el río Hudson
Además del rey duende, las leyendas holandesas mencionan historias de borrachos dejados en la isla, el temor a tormentas provocadas por «El Rey de las Tormentas», y relatos de una figura mítica que azotaba navíos con goblins salvajes en medio de violentas tormentas marítimas.

Una versión moderna dice que marineros ebrios eran llevados a la isla para que se recuperaran, y que las historias de criaturas nocturnas surgieron para asustar a los que pasaban cerca. La palabra holandesa «pollepel» significa cuchara, y algunos piensan que el nombre podría estar relacionado con la forma del islote o con alguna historia local, aunque la conexión sigue siendo un misterio.

Otra leyenda cuenta que una niña llamada Polly Pell casi se hunde en el hielo del Hudson, pero fue salvada cerca de la isla, de allí su nombre homofónico. En una versión, Polly fue rescatada por su novio, quien ya estaba en la isla, y luego se casaron allí mismo. Pero estos relatos se vuelven más oscuros con la historia del inmigrante escocés Francis Bannerman y su castillo abandonado.

El depósito de armas Bannerman y su misteriosa historia

Castillo Bannerman al atardecer
Se desconoce si Bannerman y su hijo conocían las leyendas nativas o holandesas sobre la isla, pero fue David quien, mientras navegaba en canoa con su padre, la vio y compró. La intención era usarla como depósito seguro para municiones y mercancía militar. La estructura, aunque llamada castillo, es más parecido a una casa señorial escocesa que a una fortaleza medieval, y en ella no residían, sino que funcionaba como almacén. La familia de Bannerman vivió en una casa cercana hasta los años 30.

Antes de eso, el castillo sufrió accidentes: en 1918, tras su muerte, una explosión destruyó parte del edificio. Luego, en 1950, un fuerte vendaval destruyó el ferry a la isla, y en 1969 un incendio de tres días arrasó el lugar. La ruina resultante refuerza la leyenda de fantasmas y duendes que hoy rodean a la isla.

Un atractivo turístico embrujado y un lugar extraño a orillas del río

Carretera junto al río Hudson
Actualmente, el castillo Bannerman es un atractivo turístico visible desde la Route 9d de Nueva York, cerca del río Hudson y la misma isla. Se puede llegar en canoa, en kayak, o simplemente admirarlo desde lejos en una caminata. Pero cuidado: se recomienda no caminar por la isla bajo los efectos del alcohol, para evitar ser atrapado por el rey duende.

El castillo de Bannerman recibe numerosos visitantes y tiene excelentes reseñas en Tripadvisor. Además, el sitio oficial ofrece tours y eventos, como paseos en barco, recorridos a pie, kayak, noches de cine al aire libre, festivales y cenas gourmet. Sin duda, la isla sigue siendo un lugar misterioso y fascinante, rodeado de historias de fantasmas y leyendas antiguas.

También te puede interesar

 

La trágica historia de la extinción del quagga
Descubrimiento histórico: un inodoro medieval revela el palacio de Harold II