Harold Godwinson, conocido como Harold II, fue el último rey anglosajón de Inglaterra y es especialmente famoso por su derrota en la Batalla de Hastings en 1066 ante el invasor normando Guillermo el Conquistador. Tras esa victoria, Guillermo no solo conquistó Inglaterra, sino que su victoria quedó inmortalizada en la famosa tapicería de Bayeux, un impresionante tapiz de casi 68 metros de largo que celebra la victoria normanda. En uno de sus cuadros, se puede ver la escena en la que Harold II muere alcanzado por una flecha en el ojo durante la batalla.
Además de las escenas en el tapiz, hay imágenes que muestran diferentes partes del reino anglosajón, incluyendo su residencia en Bosham, un pueblo en West Sussex. Durante años, la ubicación exacta de su palacio permaneció desconocida. Sin embargo, recientes investigaciones arqueológicas, respaldadas por nuevas tecnologías y reevaluaciones de excavaciones anteriores, sugieren que han encontrado el sitio donde estuvo la residencia de Harold II. Lo que ayudó a determinar con precisión el lugar fue el hallazgo de un inodoro, o lo que en aquella época llamaban una “latrina”, que se atribuye a Harold II.
Una letrina construida para la realeza
El palacio de Harold II en Bosham contaba con un foso, una puerta de entrada, una torre de vigilancia y varias edificaciones auxiliares. Entre ellas estaban graneros, establos y cocinas. También podría haber contado con un parque de ciervos para caza y tala, sirviendo además como símbolo de estatus. La zona se encontraba cerca de un puerto donde estaba fondeada su flota privada. No sería su única residencia, pero por su tamaño y detalles, los investigadores creen que fue una de sus residencias preferidas y posiblemente la principal.
Un dato interesante y poco conocido sobre la historia de la higiene en la Edad Media es que la relación entre el aseo y las clases sociales altas fue muy estrecha. La nobleza y el clero solían tener instalaciones internas, a diferencia de los comunes. Según un estudio reciente sobre el poder y la riqueza en esa época, realizado por investigadores de la Universidad de Newcastle y la Universidad de Exeter, las letrinas en las “casas de alto estatus” empezaron a ser una característica común en aquellos tiempos. La presencia de esta latrina en el sitio confirmaba, además, que se trataba de una residencia de élite anterior a la conquista normanda, lo que fue crucial para identificar el palacio de Harold II.
Pistas para ubicar el palacio de Harold II
Localizar con precisión el palacio fue complicado, ya que estaba construido en madera y no habría sobrevivido al paso de los siglos. Además, muchos de estos edificios anglosajones fueron destruidos por los normandos tras su invasión. Sin embargo, antes de descubrir el inodoro real, los arqueólogos ya sospechaban que el palacio se encontraba en el actual sitio donde hoy está el caserío del siglo XVII en Bosham, cerca de la antigua iglesia de la Trinidad, que data de la época anglosajona.
El equipo liderado por Duncan Wright, de la Universidad de Newcastle, junto con Oliver Creighton, de la Universidad de Exeter, utilizó tecnologías como el radar de penetración en el suelo para localizar restos de construcciones medievales relacionadas con el palacio. Sin embargo, fue al revisar una excavación de 2006 cuando entendieron la importancia de la latrina. Investigaciones recientes demostraron que las letrinas internas empezaron a ser habituales en la nobleza anglosajona desde el siglo X. Esta evidencia, junto con otros hallazgos, llevó a confirmar que el sitio de la antigua casa señorial era el lugar donde estuvo el palacio de Harold II.
Tras la victoria de Guillermo el Conquistador en 1066, este sería coronado en la abadía de Westminster, comenzando una tradición que continúa hasta hoy; con la coronación del rey Carlos III en 2023. Harold II, por su parte, quedó imborrablemente asociado con su derrota en la batalla, tal como se muestra en la tapicería de Bayeux. Pero, curiosamente, fue un simple inodoro lo que permitió a los investigadores localizar una parte fundamental de su historia y, finalmente, su antiguo hogar.