Cómo los fallecimientos de estos 3 presidentes están sorprendentemente conectados

Historia
Estados Unidos

En la historia de los 46 presidentes de Estados Unidos, la mayoría han finalizado sus mandatos de manera relativamente normal, ya sea siendo reelegidos o cediendo el poder a su sucesor. Solo ocho han fallecido mientras estaban en el cargo: cuatro por asesinato y otros cuatro por causas naturales. Mientras los casos de asesinatos, como los de Lincoln y Kennedy, han sido ampliamente conocidos y detallados, las muertes por causas naturales rara vez reciben la misma atención.

William Henry Harrison, el noveno presidente de Estados Unidos, murió apenas un mes después de asumir el cargo (Fuente). En esa época, los exámenes médicos atribuyeron su fallecimiento a una neumonía, una enfermedad aún mortal en el siglo XXI. Sin embargo, no solo es posible que otra causa hubiera sido la real, sino que también se sospecha que esa misma suerte pudo haber afectado a otros presidentes posteriores: James Polk, que murió pocos meses después de dejar el cargo, y Zachary Taylor, que falleció a los 16 meses de su primer mandato. Según The Washington Post, la fiebre tifoidea pudo ser la causa subyacente que facilitó la aparición de las enfermedades que terminaron con sus vidas.

La falta de un sistema de alcantarillado pudo haber causado la muerte de 3 presidentes

Células bacterianas bajo microscopio

La creencia de que Harrison murió por neumonía se basó más en una interpretación retrospectiva que en un análisis riguroso de sus síntomas. Según Oxford Academic, se pensó que, tras su investidura en condiciones frías y lluviosas sin protección adecuada, Harrison contrajo la enfermedad. Sin embargo, los relatos de sus últimos días indican que sufría de fuertes dolores abdominales y graves problemas intestinales además de los síntomas típicos de neumonía. Dado que las muertes relacionadas con el cólera de Taylor y Polk ocurrieron pocos años después de la de Harrison, algunos expertos sugieren que todos podrían haber sido víctimas de la misma causa (Fuente).

En aquella época, Washington D.C. aún no contaba con un sistema moderno de alcantarillado. La construcción comenzó en 1810 y tardó gran parte del siglo XIX en completarse (Fuente oficial). Sin un sistema efectivo para eliminar residuos, estos materiales contaminaban las fuentes de agua potable, incluyendo las que abastecían la Casa Blanca (Artículo). Esto generó un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias nocivas, como las causantes del cólera y otras infecciones gastrointestinales, que pudieron haber sido la causa de las muertes de estos presidentes.

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