Breaking Bad es una historia inusual. Ningún programa de televisión, pasado o presente, ha logrado tejer con éxito una narrativa tan aterradora y despiadada en torno a un protagonista que viste pantalones de abuelo. Walter White tiene múltiples capas. En la superficie, su historia trata sobre un profesor de química que fabrica y vende metanfetamina. Es un buen tipo que se convierte en un villano. Pero hay mucho más en Walt que solo maldad. Su historia, al igual que la de Jesse, trata sobre el cambio.
Sin embargo, si profundizas en los detalles de ese cambio, surgen patrones interesantes. Al principio de la historia, Walt encarcela a un pequeño traficante local en su sótano. Walt pasa de cometer errores a la indecisión mientras decide qué hacer con Krazy-8, siendo su decisión final asesinarlo el inicio de un largo camino hacia su autodestrucción. Pero cuando se enfrenta a matar por primera vez, Walt le ofrece sándwiches, cortando cuidadosamente las orillas antes de servirle, como prefería su víctima condenado. Desde entonces, cada vez que Walter come un sándwich, primero elimina la corteza.
Parece que Walt, de alguna forma, absorbió una de las características de su víctima.
Más adelante, Walter asesina a Mike. Desde ese momento, cambia su preferencia por el whisky, bebiéndolo ahora con hielo en lugar de solo. Después de matar a Gustavo Fring, Walt empieza a conducir un Volvo. Como habrás adivinado, este vehículo fue claramente elegido por la sobria y discreta elección de Fring.
¿Qué está ocurriendo aquí?
Es una tendencia extraña, y una vez que la notas, resulta bastante curiosa. No es algo obvio, pero se repite lo suficiente para establecer un patrón de comportamiento. ¿Se trata de una especie de copia por una peculiaridad psicótica de un hombre capaz de hacer casi cualquier cosa con tal de sobrevivir? Puede ser. Pero hay ecos extraños en toda la historia de Breaking Bad que sugieren que podría ser más que simples adornos de carácter.
Tomemos como ejemplo a la esposa de Walt, Skyler. Más adelante en la historia, se da cuenta de la amenaza que representa Jesse, el mano derecha de Walt. Ella le pide que lo mate sin remordimientos. Es una transformación impactante y aterradora, casi como si su exposición prolongada a Walt hubiera distorsionado permanentemente su brújula moral. Considerando el universo de Vince Gilligan en general, en Better Call Saul nuestro anti-héroe principal decide buscar venganza contra Howard Hamlin, socio del hermano de su amigo, usando lo que podría llamarse una imitación armada: copia sus modales, su estilo de vestir y, eventualmente, roba el logo y el nombre de su empresa, colocando esa identidad apropiada en una valla publicitaria para que todos la vean.
¿Qué está sucediendo entonces? Tal vez todo remite a la química:
«El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.» – Carl Jung
Además de ser una historia increíble sobre un traficante de meth en pantalones de mala calidad, quizás Breaking Bad sea una exploración junguiana de un experimento de un químico flawed con la química infinitamente extraña de la transformación humana.