La serie limitada de Netflix «Inventando a Anna» relata una versión semi-ficticia de la historia real de Anna Delvey. Según informa NBC News, Anna Delvey fue creación de una estafadora llamada Anna Sorokin. En 2018, Sorokin fue arrestada por hacerse pasar por Delvey y afirmar ser una heredera alemana, utilizando esa historia para estafar cientos de miles de dólares a bancos, hoteles y particulares.
Sorokin — nacida en Rusia pero criada en Alemania — fue condenada en 2019 por intento de fraude mayor, tres cargos de fraude y cuatro cargos por servicios de robo. Esto la llevó a la cárcel del Centro Correccional Albion, hasta su libertad condicional en 2021, según NBC News.
«Inventando a Anna», producida por Shonda Rhimes, comienza con Sorokin en un centro de detención de ICE esperando una decisión sobre si será deportada a Alemania. La serie ha generado muchas dudas sobre qué aspectos son fieles a la realidad y cuáles no, destacando un evento que ha levantado suspicacias.
De acuerdo con South China Morning Post, en un momento de la serie, los reporteros que investigan las andanzas de Anna Delvey se sorprenden al descubrir que ella había robado un avión. Aunque suena a un secuestro audaz al estilo de D.B. Cooper, la realidad dista mucho de ello, aunque técnicamente es cierto. Solo que ella robó el uso de un avión de una manera más clásica: no pagando por un servicio.
La verdadera historia de Sorokin y el robo de un avión
La historia que se muestra en la serie es bastante similar a la realidad. Según un informe de 2019 de Rolling Stone, la compañía que sufrió esta astucia de Delvey/Sorokin fue Blade, una app de aviación colaborativa que permite a los ricos y famosos reservar vuelos privados y chárter. Sorokin usó Blade para reservar un vuelo de Morristown, Nueva Jersey, a Omaha, Nebraska, que, según Vanity Fair, era para asistir a la reunión anual de accionistas de Berkshire Hathaway, del multimillonario Warren Buffett, y también de regreso. El viaje habría costado un total de 35,390 dólares. El CEO de la firma, Rob Wiesenthal, aseguró a la compañía que Delvey/Sorokin pagaría, tras conocerla socialmente. Pero ella no lo hizo.
Normalmente, la compañía requiere el pago por adelantado, aunque a veces se permite retrasar el pago a usuarios anteriores. Curiosamente, Sorokin pudo hacerlo, a pesar de no haber usado Blade antes, informó Rolling Stone.
«Hemos dejado que algunas personas se salten ese paso, y han pagado después», declaró la exdirectora financiera de Blade, Kathleen McCormack. «Nuestro CEO la conocía socialmente, y, considerando que la había visto en círculos similares, pensamos que ella pagaría, así que le reservamos el vuelo».
Cuando McCormack intentó cobrarle, la estafadora puso varias excusas, desde que el dinero ya estaba en camino hasta que no podía acceder a su correo electrónico. El equipo de defensa de Sorokin argumentó que Blade le había dado el vuelo gratis, creyendo que era una influencer de redes sociales. Sin embargo, McCormack negó esa versión.