Los cruceros son el sueño de muchos viajeros: en 2024 más de 34 millones de personas navegaron disfrutando buffets, spas y vida nocturna. Sin embargo, no todos los viajes acaban con recuerdos felices. A lo largo de los años se han registrado numerosas desapariciones en cruceros que han dejado a familias e investigadores sin respuestas.
Amy Bradley
La desaparición de Amy Bradley conmocionó al público y fue objeto de una serie documental. Amy, de 23 años, viajaba con su familia en el Royal Caribbean Rhapsody of the Seas cuando desapareció la madrugada del 24 de marzo de 1998. La noche anterior había estado en la discoteca del barco y, según relatos, bailó con un músico de la banda del barco antes de volver al camarote familiar alrededor de las 3:30 a.m. Su padre la vio dormida en el balcón a las 5:30 a.m.; hacia las 6 a.m. Amy ya no estaba.
La Guardia Costera de las Antillas Neerlandesas y el FBI peinaron el barco y el mar sin hallar rastro de Amy. A lo largo de los años surgieron diversas teorías: que cayó accidentalmente al mar, que fue víctima de un delito o incluso que pudo ser víctima de trata. Aparecieron supuestos avistamientos en Curazao y Barbados, y años después se publicó una fotografía en un sitio para adultos que algunos identificaron como Amy, ya varios años mayor. El FBI interrogó a un músico que había bailado con ella, quien fue finalmente descartado como sospechoso; no se ha identificado oficialmente a ningún culpable. El FBI ofreció hasta $25,000 por información que conduzca a su recuperación o a quien pudo hacerle daño.
Hue Pham y Hue Tran
En mayo de 2005, Hue Pham, de 71 años, y Hue Tran, de 67, embarcaron en el Carnival Destiny con su hija y su nieta como regalo por el Día de la Madre. El 12 de mayo, cuando el barco navegaba entre Barbados y Aruba, la pareja desapareció durante las vacaciones. En la cubierta se hallaron los zapatos de la pareja, el bolso de Tran y un libro que ella estaba leyendo, pero una búsqueda exhaustiva a bordo no arrojó más pistas.
La embarcación y la Guardia Costera rastrearon la ruta sin resultados; tras 13 horas la búsqueda se suspendió y la pareja fue dada por desaparecida y posteriormente presumida muerta. Se barajaron teorías iniciales sobre un posible suicidio, pero la familia lo descarta. Una investigación del FBI no halló indicios concluyentes de juego sucio. La familia sigue intentando esclarecer lo ocurrido y pide testimonio de quienes viajaron en el Destiny entre el 8 y el 15 de mayo de 2005.
Rebecca Coriam
Rebecca Coriam, británica de 24 años, trabajaba a bordo del Disney Wonder cuando desapareció sin dejar rastro el 22 de marzo de 2011. Miembros de la tripulación la buscaron al constatar su ausencia en el turno matutino, pero no la encontraron. Las imágenes de seguridad muestran a Rebecca, visiblemente alterada, hablando por teléfono en un salón para tripulación a las 5:45 a.m.; esa es la última observación confirmada.
Se realizó un rastreo del barco y de las aguas frente a la costa del Pacífico mexicano, cerca de Puerto Vallarta, sin resultados. Más de un mes después se registró un uso de su tarjeta de crédito, sin que se haya determinado quién la usó ni con qué propósito. Entre las hipótesis figuran que pudo ser arrastrada por una ola cerca de la piscina de tripulación, una caída accidental, el suicidio o un ataque; nada ha sido probado. La familia cuestionó la investigación dirigida por la policía de Bahamas y la gestión del caso por parte de la compañía, y llegó a un acuerdo en 2015 tras presentar una demanda. Aún buscan respuestas sobre lo que le ocurrió a Rebecca a bordo.
Blake Kepley
La desaparición de Blake Kepley, de 20 años, resulta desconcertante por la aparente ausencia de trazas. Blake viajaba con su familia en el Oosterdam de Holland America en un trayecto desde Sitka a Ketchikan (Alaska) y fue reportado como desaparecido al no descender en Ketchikan la mañana del 22 de julio de 2011. La Guardia Costera de Estados Unidos realizó una búsqueda que abarcó más de 350 millas, sin hallar señales; la búsqueda se canceló el 23 de julio.
Los registros del barco indican que Blake no abandonó la embarcación y no hay pruebas de que llegara a tierra. La teoría predominante es que pudo caer al mar, pero no existen imágenes que lo confirmen y los sistemas de detección de caídas no registraron el incidente. La madre recibió una foto de vigilancia granulada de alguien caminando por la cubierta la mañana de la desaparición, pero no se ha podido confirmar si se trata de Blake. La familia ha abogado por mejores sistemas de detección de personas al borde del barco y continúa buscando explicaciones sobre su destino.
Annette Mizener
Annette Mizener desapareció el 4 de diciembre de 2004 durante un viaje familiar a bordo del Carnival Pride frente a la costa de México. Fue vista por última vez a las 9:15 p.m. y se la reportó como desaparecida a las 10 p.m. al no presentarse en una cita para jugar al bingo con sus padres. La búsqueda a bordo no dio resultados; el único indicio fue su bolso junto a una barandilla y cuentas sueltas esparcidas por el suelo. Una búsqueda en el agua por parte de la Guardia Costera tampoco arrojó hallazgos.
Se manejaron hipótesis de caída accidental y de empujón, esta última alimentada por el estado del bolso y por informes de una cámara de seguridad supuestamente cubierta en la zona. El FBI abrió una investigación sin llegar a conclusiones definitivas. Annette fue declarada legalmente muerta en julio de 2005; su esposo demandó a la compañía de cruceros y resolvió el caso de forma privada ese mismo año. La familia mantiene la sospecha de que pudo haber habido intervención de terceros, pero continúa sin respuestas claras.
Estos casos ilustran lo enigmático y, en ocasiones, peligroso que puede resultar el mar: desapariciones en cruceros que aún hoy generan preguntas sin respuesta y mantienen a familiares e investigadores a la espera de nuevas pistas.
