Los cometas son mucho más comunes de lo que piensas
De todos los fenómenos que podemos observar en el cielo nocturno, los cometas quizás sean los más espectaculares. Es increíble pensar que algo que parece tan pequeño desde la Tierra en realidad puede tener un tamaño similar a una ciudad pequeña, según la NASA. Los cometas son, en esencia, grandes bolas de roca, gases congelados y otros residuos espaciales, pero lo que los hace verdaderamente impresionantes es su característica cola. Esta puede extenderse por varios millones de millas y aparece cuando un cometa se acerca al sol, en su órbita, causando que se caliente. Es una verdadera explosión de estilo cósmico.
Ver un cometa en el cielo es, sin duda, un evento memorable. La historia nos cuenta que el famoso Cometa Halley pasa por la Tierra aproximadamente cada 76 años y ha sido visible en momentos significativos de la historia mundial. Por ejemplo, en 1066, se pudo ver justo antes de que los normandos comenzaran su conquista de Inglaterra. Lo curioso es que, aunque los cometas son tan importantes y llamativos, en realidad hay muchísimos más de los que normalmente pensamos.
¿Un billón de cometas?
Los cometas raros y que llaman la atención, como el que lleva el nombre del famoso astrónomo Edmond Halley, suelen dar una mala impresión. Halley cumple su recorrido en el cielo una o dos veces en la vida promedio, pero en realidad hay una cantidad enorme de cometas en la vastedad del espacio. Un número terrorífico aún más.
Por supuesto, el tamaño del espacio exterior resulta difícil de conceptualizar. Según la NASA, podrían existir billones de universos más allá del nuestro, que ya es en sí mismo tan inmenso que el sol es un millón de veces más grande que la Tierra. Además, se estima que podría haber hasta un billón de cometas en existencia, según la Agencia Europea del Espacio.
La ESA explica que en la Vía Láctea, los cometas tienden a perder gradualmente su integridad a medida que el calor del sol impacta su hielo. Algunos se vuelven tan duros y rocosos que pierden sus colas y se convierten en objetos cercanos a la Tierra, como los asteroides. Para todos los efectos, estos son cometas muertos. Se cree que toda esta proliferación de cometas proviene principalmente de dos lugares en nuestro universo: la enorme Nube de Oort — que NASA describe como una «burbuja» de masas heladas en los márgenes más lejanos de nuestro sistema solar — y el Cinturón de Kuiper. Britannica señala que este último es una banda similar, aunque más pequeña, de restos helados que son considerados residuos de la formación de los planetas, ubicada en la región de Neptuno y Plutón.