Lo que ocurre después de ganar una medalla olímpica

Ciencia
Japón, Estados Unidos, Singapur, Indonesia, Kazajistán

Después de décadas de esfuerzo constante y competencia feroz, finalmente has conseguido una medalla olímpica. Te unes a la élite de los que poseen esta preciada distinción.

Para muchos, ganar una medalla olímpica representa la culminación de años de sueños y sacrificios. Sin embargo, pocos saben cómo se siente realmente. Según The Guardian, entre 1896 y 2012 se entregaron 29,216 medallas, y desde entonces, con tres Juegos Olímpicos más, la cifra ha aumentado, incluyendo a atletas que ganan más de una.

Los momentos posteriores a que un atleta recibe su medalla y alcanza su sueño son una vorágine de emociones. Es el instante más importante de sus vidas, donde experimentan muchas sensaciones a la vez. Como la victoria en los Juegos Olímpicos es algo muy raro, muchas personas se preguntan qué pasa después de que alguien se pone en el podio llorando mientras su himno nacional suena de fondo.

Por supuesto, lo primero que muchas personas hacen tras ganar una medalla es descansar agotados en sus camas en la Villa Olímpica, pero esto no termina allí.

Normalmente, hay una gira de prensa

Atleta en rueda de prensa

Incluso estando todavía en el país anfitrión, los atletas quedan bajo la mirada de los medios. En el momento en que ganan, son perseguidos por cámaras y periodistas. Dar entrevistas y participar en sesiones de prensa se convierten en las primeras actividades.

Una vez que regresan a casa, la celebración continúa. Varios corredores olímpicos han contado a Runners World que asistieron a múltiples eventos en celebración de su triunfo, y algunos atletas estadounidenses han sido invitados a la Casa Blanca. En ocasiones, incluso reciben llamadas de celebridades.

Un triunfo olímpico también eleva su plataforma pública, como explicó Vox. Después de que el saltador Greg Louganis, cuatro veces campeón olímpico, revelara que era VIH positivo, quiso desmentir mitos sobre los hombres homosexuales y el virus. Aunque los entrevistadores no siempre receptivos, su mensaje valió la pena.

Además, los medallistas visitan escuelas para inspirar a los niños. Paul Chelimo, medallista de plata, contó en una entrevista a Runners World que habló con niños de primaria que, ante su medalla, no estaban impresionados y le preguntaron por qué no ganó el oro.

Algunos se enriquecen, otros no tanto

Medallas olímpicas

Junto con la mayor atención mediática, en algunos casos los atletas ganadores ven reflejada esa fama en dinero. No solo consiguen contratos publicitarios o se convierten en estrellas de comerciales, sino que también reciben pagos por sus logros.

Es importante aclarar que no es el Comité Olímpico el que paga a los deportistas, sino que algunos países otorgan bonificaciones. CNBC reportó que Singapur ofrece un millón de dólares a los medallistas de oro, 500,000 a los de plata y 250,000 a los de bronce. Indonesia paga 746,000 dólares a los de oro y Kazajistán 250,000. En EE.UU., la premiación es de 37,500 para oro, 22,500 para plata y 15,000 para bronce.

Lamentablemente, esto también significa más impuestos. CNN indicó que los medallistas deben pagar impuestos estatales y federales sobre sus premios, e incluso sobre el valor de la medalla, cuyo precio varía según el metal utilizado. Por ejemplo, las medallas de oro de los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 tenían un peso de 586 gramos y se vendían por 570 dólares. Sin embargo, en 2016, el Senado de EE.UU. aprobó un proyecto de ley para eximir los premios olímpicos de impuestos.

La retirada empieza a sonar atractiva

Antorcha olímpica

Para muchos deportistas, participar en los Juegos Olímpicos y quizás obtener una medalla, representa la cúspide de años de sacrificios. Por ello, no es extraño que muchos decidan retirarse tras su experiencia olímpica.

El retiro puede parecer intimidante, según Bustle. La mayoría ha sacrificado mucho para centrarse en su entrenamiento. No todos los deportes tienen una opción universitaria que les permita seguir entrenando mientras estudian. Quienes logran compaginar estudio y entrenamiento comprenden que su camino hacia la graduación suele ser más largo.

Vox señaló que a muchos olímpicos les resulta difícil encontrar un nuevo empleo tras su retiro. La poca experiencia laboral en otros ámbitos, el hecho de no haber podido hacer pasantías y las dificultades para acceder a empleos tradicionales, son algunos obstáculos. Algunos optan por entrenar como entrenadores o comentaristas deportivos. Otros, se convierten en oradores motivacionales porque, después de todo, ¡quién está más motivado que un olímpico! También pueden volver a estudiar, incluso si son mayores que sus compañeros.

Volver a entrenar

Gimnastas entrenando

Pero no todos los medallistas optan por retirarse tras su primera participación. Muchos continúan entrenando con la esperanza de ganar otra medalla.

Sin embargo, una medalla olímpica no garantiza volver a formar parte del equipo en los próximos Juegos. Vox destacó que factores como la competencia feroz, lesiones o simplemente que el cuerpo ya no responde como antes, pueden impedir la participación futura. La misma exigencia del entrenamiento y los costos económicos también afectan a quienes intentan mantener su nivel.

El impacto en su salud mental

Michael Phelps

Salir de la cima del deporte puede tener un precio psicológico alto. Los olímpicos, vistos como ejemplos de fuerza, velocidad y dedicación, enfrentan el desafío de volver a la vida cotidiana tras la competencia.

Muchos deportistas sufren depresión, especialmente después de su retiro. Michael Phelps, el atleta olímpico más galardonado de todos los tiempos, ha hablado abiertamente sobre su depresión tras los Juegos de Pekín y su retiro. Insider señala que los deportistas son vulnerables a problemas mentales por la presión que ejercen sobre sí mismos y por cómo su identidad está vinculada a su deporte. El llamado «pico post-olímpico» también afecta. The Atlantic lo describe como la caída emocional después de competir en los Juegos.

Afortunadamente, atletas como Phelps han hablado públicamente sobre la necesidad de mayor apoyo en salud mental para los deportistas olímpicos, y muchos buscan ayuda. Aunque obtener una medalla olímpica puede ser increíble, la vida después del oro a veces resulta difícil.

Los Juegos Olímpicos de este verano en Tokio, Japón, están programados del 23 de julio al 8 de agosto.

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