Al momento de redactar este artículo, el Centro de Recursos sobre el Coronavirus de Johns Hopkins enumera aproximadamente 1,188,000 casos confirmados de COVID-19 en todo el mundo. Estados Unidos ha experimentado un aumento en los casos, superando los 300,000 el 4 de abril. _Business Insider_ reporta que en Nueva York, el epicentro actual de la pandemia, un hospital en Brooklyn registró tantas muertes que fue necesario utilizar una carretilla elevadora para transportar los difuntos y almacenarlos en un camión refrigerado de 18 ruedas. Es una escena realmente impactante, y probablemente no la manera más optimista de comenzar un artículo con tono positivo, pero la realidad no debe ignorarse: hay que aprender de ella. Imágenes de esa escena sombría fueron compartidas por ciudadanos vigilantes, incluido el rapero Ice-T, para subrayar la importancia vital del distanciamiento social.
Al otro lado del Atlántico, en Europa, España superó a Italia en casos de COVID-19 el 3 de abril, según _Reuters_. En respuesta al incremento en los contagios, España, que entró en cuarentena el 14 de marzo, según ABC, busca ahora ampliar su estado de emergencia desde el 11 de abril hasta el 26 de ese mes, con la esperanza de que un aislamiento prolongado reduzca las transmisiones. Esto ha parecido funcionar en el pequeño pueblo de Zahara de la Sierra, donde _CNN_ informa que, hasta el 3 de abril, no se habían documentado casos de coronavirus en ese lugar.
Juntos, pero manteniendo la distancia
Es importante destacar que no tener casos conocidos no refleja necesariamente la cantidad real de personas infectadas en un lugar. Existe, de forma inherente, una brecha epistémica, porque no se puede detectar lo que no se prueba. Por ejemplo, en el estado de Washington, el nuevo coronavirus podría haberse propagado sin ser detectado durante semanas antes del primer caso oficial, según _The Washington Post_. A pesar de esa advertencia, hay razones para creer que Zahara de la Sierra tiene cero, o al menos casi cero, casos de COVID-19.
CNN describe a esta diminuta localidad española de 1,400 habitantes como una fortaleza y, desde el 14 de marzo, ha cumplido esa descripción. Desde que España declaró el estado de emergencia, Zahara de la Sierra cerró cuatro de sus cinco accesos. Los vehículos pasan por puntos de desinfección, lo que aumenta las posibilidades de que los patógenos sean eliminados antes de que puedan causar estragos en algún sistema inmunológico desprevenido. Un equipo pagado de diez personas desinfecta calles, plazas y otros lugares públicos diariamente. Incluso, un negocio pagó a un par de mujeres para que entregaran alimentos y suministros médicos a los residentes, con el fin de reducir la cantidad de personas afuera en la calle.
En otras palabras, en estos tiempos difíciles, han tomado las directrices de distanciamiento social más que solo sugerencias: las han convertido en una forma de vida.