¿Hasta qué altura en el agua se siente como concreto? La verdad explicada

Ciencia
Estados Unidos

Es una frase que quizás recuerdes de la escuela o alguna que alguien suelta en una fiesta para parecer interesante: «Oye, ¿sabías que si saltas desde muy alto en el agua, se siente como concreto? Seguro te mueres». Entonces comienza la charla, los análisis elaborados, debates sobre si es mejor caer de espaldas o de frente, cuán alto hay que estar, o si sería posible sobrevivir a una caída en avión al agua, entre otros temas. Aunque muchas veces estos comentarios son solo para conversar, la realidad de cuán alto puedes caer en el agua sin que parezca concreto tiene variables importantes que explicar.

La respuesta simple sería que, en términos de seguridad, si alguien muere al caer en el agua, probablemente la experiencia se asemeje a estrellarse contra un muro de concreto. Pero la realidad técnica es más compleja. La velocidad terminal, por ejemplo, que es la velocidad máxima alcanzada durante una caída debido a la gravedad, varía según objetos y seres vivos. La masa, forma y dimensiones influyen en esa velocidad, ya que determinan la fuerza de arrastre o resistencia del aire y del agua. La forma en que se entra en el agua, ya sea verticalmente o de lado, también afecta mucho el impacto. Además, factores como el viento y las condiciones del agua cambian el escenario, haciendo difícil establecer una respuesta definitiva.

No obstante, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha establecido que la velocidad máxima en la que un ser humano puede sobrevivir en una caída en agua, si se entra de pies, es aproximadamente 116 pies/segundo, lo que equivale a unos 186 pies de altura. Es decir, que si alguien impacta en el agua a esa velocidad o mayor, probablemente la sensación sería de golpe contra el concreto.

Velocidad terminal y fuerza de arrastre

Paracaidistas: ¿Cómo funcionan? Imagina soltar una bola de boliche versus una pluma (como en un experimento escolar). La gravedad no cambia, pero la masa, forma y tamaño de cada objeto determinan su velocidad terminal, o sea, la velocidad máxima que alcanzan durante la caída. Un paracaídas, que tiene una superficie enorme, aumenta la resistencia del aire y reduce esa velocidad máxima, ralentizando la caída. Sin un paracaídas, la velocidad terminal de un cuerpo humano ronda las 120 millas por hora (unos 176 pies/segundo), pero para alcanzar esa velocidad no es necesario caer desde alturas extremas. La velocidad de impacto y las lesiones dependen también de otros factores.

Se sabe que diferentes animales tienen diferentes velocidades críticas de impacto; por ejemplo, ratones mueren al impactar a 118 pies/segundo, mientras que cobayas a 99 pies/segundo. En los humanos, se han registrado muertes a aproximadamente 94 pies/segundo, es decir, desde unos 149 pies de altura. Estos datos muestran que animales de mayor tamaño tienden a morir a velocidades inferiores, y que caer desde alturas cercanas a los 186 pies puede ser mortal, alcanzando esa velocidad en solo unos tres segundos de caída.

La orientación en el impacto, un factor clave

¿Cuánto duele caer de espaldas en el agua? Bastante, si consideramos el área de superficie que presenta esa posición, como si fuera un paracaídas. La Administración Federal de Aviación indica que la forma en que uno entra en el agua, especialmente si es de pies o de lado, influye muchísimo en las lesiones y posibles fatalidades. Lo ideal es caer de pie con los brazos sobre la cabeza, ya que esto puede aumentar hasta siete veces las probabilidades de sobrevivir. La orientación ayuda a desplazar el agua de forma más efectiva, reduciendo lesiones internas y daños en huesos vulnerables, sin dañar los pies o tobillos, como en aterrizajes en superficies duras.

La edad y el estado físico también influyen en la supervivencia. Personas entre 20 y 36 años, en buena condición física y con ropa adecuada, tienen mayores chances de sobrevivir caídas desde alturas peligrosas.

Condiciones del viento y del agua

El viento y el estado del agua también alteran la experiencia. La FAA señala que la dirección y velocidad del viento pueden acelerar o desacelerar la caída, cambiar la orientación e incluso hacer que impactes en un ángulo que aumente las lesiones. En agua calmada, la tensión superficial puede potenciar el impacto, pero en aguas agitadas y con olas, existirán bolsas de aire que ayudan a amortiguar la caída. Sin embargo, también dificultan la superficie y la natación, influyendo en la supervivencia. Estudios en física sugieren que la tensión superficial puede tener menor influencia de lo que se piensa en el impacto, pero las condiciones generales del agua sí importan.

Cómo lo hacen los saltarines y deportistas de alto rendimiento

Lo más impresionante son los saltadores desde acantilados y otros atletas de élite como los que compiten en Clavados Olímpicos. Todos entran de pies, en una posición controlada y con buena condición física. Desde alturas de aproximadamente 88 pies, ellos alcanzan velocidades de 54 millas por hora, aún muy por debajo del límite mortal establecido por la FAA. La famosa gimnasta Kassidy Cook comenta que al impactar en el agua, esta parece tan dura como el concreto en un primer instante. Incluso los mejores saltadores deben manejar la tensión superficial y las fuerzas del impacto, ya que ningún salto desde altura puede evitar lesiones o la muerte si se impacta a velocidad terminal o mayor.

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