¿Cuánto cuesta detener una máquina MRI? Más de $50,000 en riesgo

Ciencia
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El desarrollo de las máquinas de resonancia magnética (RM) ha sido uno de los mayores logros en el diagnóstico médico del último siglo. Sin embargo, como sucede con otras tecnologías de vanguardia, cuando algo sale mal, el costo puede ser enorme. ¿Pero cuánto? Aproximadamente 30.000 dólares en promedio.

La historia de la resonancia magnética comenzó en los años 30, cuando se crearon las primeras imágenes rudimentarias para ayudar en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer. Esta tecnología atrajo a algunos de los científicos más importantes de la época, quienes trabajaron para perfeccionarla. Uno de los avances más importantes ocurrió en 1969, cuando el Dr. Raymond Damadian demostró en ratas que esta tecnología podía diferenciar entre células cancerosas y sanas en el cuerpo humano. Este descubrimiento sentó las bases para los escáneres de MRI que hoy en día se usan ampliamente en diagnósticos médicos.

Las máquinas modernas utilizan imanes potentes para crear un campo magnético que afecta a los protones del agua en el cuerpo. Luego, emplean ondas de radio para desalinear estos protones y captar sus señales cuando vuelven a su estado original. Para mantener los imanes fríos, las máquinas emplean helio líquido, un elemento esencial en su funcionamiento. En casos de emergencia, llevan una unidad llamada “quench” o “descarga de emergencia”, que detiene instantáneamente el equipo. Pero si alguien activa este botón, podría ocasionar un desastre financiero para la institución que opera el MRI.

¿Qué hace exactamente el botón de emergencia en un MRI?

No es como el botón rojo de una cinta de correr, que simplemente detiene la máquina sin dañarla. En realidad, activar el botón de emergencia en un MRI puede dejar la máquina inutilizable durante días y requiere técnicos especializados para repararla y ponerla en marcha nuevamente.

Los electromagnets que utilizan los MRI operan a la fuerza equivalente a 30,000 veces el campo magnético de la Tierra. Dependen del helio líquido, que crea resistencia cero en sus bobinas superconductoras. Cuando se activa el sistema de quench, la electricidad se corta y la resistencia aumenta de forma súbita, convirtiendo el helio en gas y expulsándolo de la máquina. Este proceso, conocido como “descarga de emergencia”, solo se usa en situaciones críticas, como incendios o si una persona queda atrapada por un objeto metálico en el escáner. La presencia de metal en estos casos puede ser extremadamente peligrosa, ya que puede convertirse en un proyectil mortal debido a la fuerza del imán.

La escasez mundial de helio

Un escáner de resonancia puede requerir hasta 2.000 litros de helio líquido para mantener los imanes en funcionamiento. Este elemento es muy costoso, con precios que oscilan entre 30 y 50 dólares por litro, dependiendo del mercado. Por ello, la reposición del helio perdido tras una descarga de emergencia puede ser muy costosa, sin contar el gasto en técnicos y el tiempo de inactividad que implica reactivar las máquinas. Tras múltiples incidentes, estos equipos pueden quedar fuera de servicio por días, esperando que se reemplace el helio y se realicen las calibraciones necesarias.

Lo más preocupante para el futuro de los MRI es que el helio es un recurso limitado en la Tierra y cada vez escasea más. La mayoría de este gas se escapa a la atmósfera y pasa a espacio debido a la baja gravedad del planeta. En las últimas dos décadas, se han registrado varias crisis por falta de helio, ya que las empresas luchan por localizar nuevos yacimientos en la corteza terrestre. Los expertos advierten que la sociedad debería reducir el uso innecesario de helio, como en globos o para alterar la voz mediante inhalación, y así extender la vida útil de esta tecnología. Sin un suministro confiable, en unas décadas los escáneres de MRI podrían volverse inviables por la falta de helio, poniendo en riesgo diagnósticos críticos y avances en salud.

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