La Mafia ha sido una organización criminal que, tanto en la realidad como en la ficción, ha generado una fascinación que combina la admiración y el rechazo. Desde los días en que Hollywood producía películas de gangsters en blanco y negro, hasta las grandes producciones modernas, la influencia de la mafia en la industria del cine es innegable. A menudo, estas conexiones se dieron en secreto, con la mafia moldeando o intentando influir en las historias que se cuentan en la pantalla.
Scarface (1932)
En los primeros tiempos de Hollywood, las películas de gánsters estaban en auge, en parte debido a la presencia activa de estos criminales en la vida real. La figura de Al Capone, uno de los mafiosos más notorios, no era ajena a las películas, y él mismo no estuvo muy cómodo con las representaciones cinematográficas, calificándolas de «cosas de niños». Sin embargo, la película clásica Scarface: The Shame of a Nation llamó la atención de Capone durante su producción, porque el personaje principal llevaba el mismo apodo que él y generaba interés en el público, cosa que Capone quería controlar. Envió a algunos de sus seguidores a Hollywood para conversar con el guionista Ben Hecht, quien explicó que el nombre y la historia estaban pensados para atraer al público, no para retratar fielmente a Capone.
Gracias a la asesoría indirecta de Capone, el filme obtuvo su aprobación, y Capone quedó satisfecho con el resultado, incluso conservando una copia personalizada del filme.
Desde Aquí a la Eternidad (1953)
En los años 50, las relaciones entre la mafia y Hollywood eran muy estrechas. Actrices famosas, como Marilyn Monroe, tenían en sus círculos cercanos a mafiosos como Johnny Roselli, quien influyó en que Columbia Pictures le diera un contrato a Monroe. Ella mantuvo además relaciones amorosas con personas con posibles vínculos mafiosos, como John F. Kennedy y Frank Sinatra, quien, según algunas investigaciones, también logró regresar a la fama con la ayuda de amenazas y presiones de la mafia. La influencia del crimen organizado en la industria era tan grande que incluso en la producción de De Aquí a la Eternidad, la mafia de Chicago tenía control sobre ciertos aspectos, y las negociaciones para evitar problemas con la comunidad mafiosa resultaron en la eliminación de la mención explícita de la palabra «mafia» en el guion.
El Padrino
El legendario director Francis Ford Coppola sabía que realizar una adaptación de El Padrino traería atención no deseada de la mafia. La figura de Joe Colombo, jefe mafioso de Nueva York, intentó interferir en la película a través de una organización llamada la Liga de Derechos Civiles Italo-Americanos, que acusaba la película de perpetuar imágenes negativas de los italianos-americanos. La mafia de Nueva York no estuvo directamente involucrada en la producción, sino la de Chicago, pero las presiones y amenazas para eliminar cualquier referencia a la mafia en el guion fueron fuertes. Finalmente, mediante negociaciones y la eliminación de una sola mención, lograron que la película se estrenara en paz y sin mayores problemas.
La Masacre de Texas (1974)
El icónico filme La Masacre de Texas fue financiado en parte por la mafia, específicamente a través de Bryanston Distributing Company, dirigida por Louis «Butchie» Peraino. Los beneficios de la película sirvieron para pagar deudas y financiar la distribución del filme, aunque los involucrados en la producción apenas lograron cobrar. Cuando Peraino fue arrestado por cargos de obscenidad relacionados con Deep Throat, los productores vieron su oportunidad de demandar y recuperar algo de dinero. La compañía quebró, permitiendo que distribuidoras como New Line adquirieran los derechos, y la película se consagró como un clásico del horror, con un pequeño pago simbólico para el actor principal, Gunnar Hansen.
Behind the Green Door (1972)
Otra película que tuvo vínculos con la mafia fue Behind the Green Door, uno de los filmes para adultos más infames de todos los tiempos. La familia Gambino, conocida por sus actividades ilegales, se acercó a los productores para financiar su realización, exigiendo un porcentaje y amenazando con robar las copias del filme si no accedían. La negativa de los productores llevó a la distribución ilegal y masiva de copias del filme en teatros clandestinos, perdiendo así más beneficios que si hubieran aceptado la oferta.
El Club de Cotton
Francis Ford Coppola continuó enfrentando problemas con la mafia, incluso años después de El Padrino. En 1984, dirigió El Club de Cotton, un fracaso de taquilla que ambientaba en un club de los años 30 en Nueva York frecuentado por mafiosos. La mafia involucrada en la producción fue la de Chicago, no la de Nueva York, y las conexiones con la mafia del cine evidencian cómo los lazos criminales a veces influyen en las producciones.
Winter Kills (1979)
La película Winter Kills es un ejemplo de un filme de los años 70 con conexiones oscuras. La producción estuvo financiada en parte por traficantes de drogas y, según informes, su productor fue asesinado por la mafia cuando intentaba controlar el proyecto. La película, una sátira política sobre el asesinato de JFK, apenas recaudó dinero, pero se convirtió en un oscuro capítulo en la historia del cine relacionado con la mafia.
The Gang That Couldn’t Shoot Straight (1971)
Esta comedia ambientada en la mafia fue un punto de partida para Robert De Niro, quien abandonó El Padrino para protagonizar esta película. La historia muestra a un grupo de mafiosos torpes, y en la vida real, uno de los actores, Jerry Orbach, estuvo muy ligado a la mafia, incluso presenciando el asesinato del mafioso Joseph Gallo, que fue asesinado en una reunión social, sin que se resolviera el caso. La relación de Orbach con la mafia quedó marcada por esa tragedia.
Analyze This (1999)
Mucho más reciente, Analyze This presenta a un jefe mafioso que busca ayuda psicológica. Durante su rodaje, se rumoreó que Robert De Niro había estado en contacto con mafiosos, incluso con Anthony «Fat Andy» Ruggiano, en una fotografía en la que aparecía con él en el set. Sin embargo, su representante aclaró que todo fue un malentendido y que De Niro simplemente se había olvidado de la visita de un conocido mafioso en el set. La relación entre actores y mafiosos sigue siendo objeto de especulación, pero la historia demuestra cómo las conexiones con el crimen organizado siguen siendo un tema de interés en Hollywood.