¿Quién inventó la glace astronaute?

Ciencia
Estados Unidos

Al reflexionar sobre las innovaciones y descubrimientos más monumentales y que han definido su era en la historia de la NASA desde su creación en 1958, la glace astronaute probablemente no sea lo primero que te venga a la mente. Sin embargo, quizás sí. ¿Recuerdas cuando eras niño y tu escuela solía hacer excursiones a un museo espacial local donde vendían esa sustancia blanquecina, extraña y chalky, que intentaban pasar por helado? Tal vez te encantaba, o quizás lo odiabas. De cualquier forma, era genial imaginar a los astronautas atravesando el sistema solar mientras mordían un palito de ese helado.

Pero, en realidad, la glace astronaute rara vez aparece en el menú de los pioneros en el otro lado de la atmósfera del planeta. Fue consumida por primera vez por los pasajeros de la misión Apollo 7 en 1968, pero nunca logró popularidad y no se ha servido en las naves espaciales desde entonces (según Air and Space). De hecho, no fue la NASA quien inventó esta delicia inicialmente. Fue una compañía llamada Whirlpool Corporation que la desarrolló para la NASA después de recibir el encargo de diseñar un «Menú Espacial» para viajes celestiales (via Marion Star).

La historia de la glace astronaute

En 1960, la Fuerza Aérea contactó a Whirlpool Corporation para determinar qué se necesitaba para un viaje espacial de 14 días con tres tripulantes a bordo. El menú debía incorporar alimentos y bebidas suficientes para mantener a los pasajeros alimentados. Sin embargo, las condiciones en el espacio permiten muy poca variedad. Un entorno de ingravidez es muy sensible a lo que entra en contacto en un espacio tan compacto, por lo que cualquier alimento que pudiera dispersar migas flotantes fue inmediatamente descartado para evitar contaminación en la nave. La versión liofilizada del helado era compacta, limpia y lo suficientemente sabrosa para estar en la lista (según Marion Star).

Pero, ¿cómo se convierte un líquido cremoso como el helado en algo apto para el espacio? Esencialmente, el helado real se coloca en una cámara de vacío y se congela a 60 grados bajo cero, transformando toda el agua en hielo. Luego, el presión en la cámara se reduce y se aplica calor lentamente, permitiendo que el hielo pase de sólido a vapor sin pasar por la fase líquida. Este proceso se repite varias veces hasta que solo queda un residual en polvo de dulzura que hoy en día puedes comprar en casi cualquier tienda de regalos en museos espaciales (Astronaut Foods).

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