Radiohead no es exactamente una banda que alegre al público, y eso no tiene por qué ser su propósito. La música, en general, no siempre busca levantar el ánimo, sino expresar profundas emociones. Sin embargo, cuando el cantante Thom Yorke describe una de las canciones del grupo como la más «desoladora» que hayan escrito, es una señal de que en esa pieza se encuentra una música sumamente pesada, trágica y tremendamente lamentable.
«Street Spirit (Fade Out)» es la última canción de su álbum clásico de 1994, The Bends. Este fue el último trabajo del grupo en un estilo directo, sin tanta influencia progresiva, antes de que en 1997 su sonido se revolucionara con Ok Computer, marcando un camino de constante cambio y evolución en su estilo lleno de complejidad y sutileza. Sin embargo, «Street Spirit», aunque es una balada bien elaborada, llena de profundidad emocional y tonal, golpea el corazón con la contundencia de un mazo. Es un torbellino de desesperación pura, expresada con cada cuerda punteada, y su cascada de vacío no se detiene hasta la última nota. La línea vocal descendente en la parte final de la canción imita esa sensación de una realización irremediable que la música describe.
En términos sonoros, es fácil entender el significado de la canción. Según Yorke, en Ultimate Guitar, la interpretación personal de la canción lo conmueve profundamente, y asegura que cada vez que la tocan en vivo, casi pierden a Yorke por la carga emocional. Por eso, la reservan para el final de sus conciertos, para que tenga la fuerza suficiente para mantener la energía. El significado exacto y los orígenes de la canción, aunque son evidentes en sus letras, requieren una interpretación cuidadosa.
La máxima agonía de la muerte inevitable
Yorke dice que puede sentir la muerte, que ve sus ojos brillantes y penetrantes: «Puedo sentir la muerte, puedo ver sus ojos cocidos a carburo. Todas estas cosas en su lugar, todas estas cosas que un día devoraremos por completo».
Creada como un collage de imágenes y escenas que transmiten un sentido de desesperación, Yorke explica: «Street Spirit es nuestra canción más pura, pero no la escribí yo. Se escribió sola. Nosotros solo fuimos sus mensajeros. Es un catalizador biológico. Su núcleo es un completo misterio para mí. Nunca intentaría crear algo tan desesperanzado.» Yorke describe la canción como «mirar al maldito diablo a los ojos… y saber que, pase lo que pase, él tendrá la última palabra.» En esencia, «Street Spirit» trata sobre la incapacidad de contener toda la desesperanza que sentimos al intentar imaginar la totalidad de la muerte y la inutilidad última de la existencia. No hay redención posible al final de la vida, ni escape fraudulento, nada que impida ser absorbido por la nada.
Cuando canta en vivo, Yorke asegura que en medio de las caras alegres del público, no cree que realmente entiendan el significado de la canción. Compara los vítores fervientes de la multitud con un perro moviendo la cola justo antes de ser sacrificado. Sin embargo, según Rolling Stone, «Street Spirit» fue votada en la posición número 6 entre todas las canciones de Radiohead. Aunque quizás no todos comprendan exactamente el mensaje, sí sienten la profunda carga emocional que transmite.