A medida que la pandemia continúa, y con el concepto de «distanciamiento social» consolidándose como la Palabra del Año 2020 según Merriam Webster, empresas y escuelas han recurrido a la teleconferencia con un interés sin precedentes. En el centro de este movimiento se encuentra Zoom, el servicio de videollamadas que, aunque ya era ampliamente utilizado, experimentó un ascenso meteórico hasta liderar las tiendas de aplicaciones de Android y Apple cuando el mundo empezó a refugiarse en sus hogares.
Ahora, expertos en ciberseguridad advierten contra el uso del programa, señalando serias preocupaciones acerca de las vulnerabilidades en su software. El problema más relevante se conoce como «Zoombombing», donde invitados no deseados irrumpen en una videoconferencia. Según reportes de NPR, incluso el FBI ha intervenido, con su sede en Boston publicando un comunicado el 30 de marzo advirtiendo a los consumidores sobre el uso de Zoom, y afirmando: «El FBI ha recibido múltiples informes de conferencias interrumpidas por imágenes pornográficas y/o de odio, así como lenguaje amenazante».
Un riesgo sencillo de aprovechar
El Zoombombing es relativamente fácil de realizar, gracias al método que emplea Zoom para configurar las llamadas de video. Cada llamada recibe un número de identificación de nueve a once dígitos, que The Verge señala que puede ser fácilmente adivinado o descifrado.
Esta brecha en la seguridad no es la primera controversia que afecta a Zoom. TechCrunch informó que en 2019, Apple tuvo que lanzar una actualización silenciosa del programa tras descubrir que Zoom instalaba un servidor web fácilmente hackeable en los ordenadores de los usuarios, permitiendo que sitios maliciosos tomaran control de sus cámaras integradas. Actualmente, la compañía es objeto de una investigación del fiscal general de Nueva York por sus prácticas de privacidad, debido a una práctica que ya fue abandonada de enviar información de los usuarios a Facebook, incluso cuando estos no tenían cuenta en esa red social, según El New York Times. Además, también investigan Consumer Reports, que encontró que la política de privacidad de Zoom permitía recopilar información de las reuniones de los usuarios para publicidad dirigida y otros fines comerciales. La empresa ha modificado su política desde entonces.
La buena noticia es que la serie infantil de la cadena PBS, del mismo nombre y basada en Boston, Massachusetts, sigue siendo, hasta donde se sabe, relativamente segura y libre de riesgos significativos.