En noviembre de 2016, las autoridades en Carolina del Sur creían estar en proceso de resolver un caso de personas desaparecidas. Y efectivamente, estaban en lo correcto. Dos personas de la ciudad de Anderson, en la parte alta del estado, habían desaparecido sin dejar rastro aproximadamente tres meses antes. Las víctimas eran una pareja llamada Kala Brown y Charles David Carver. Después de semanas sin avances en la investigación, los detectives lograron un hallazgo cuando descubrieron que el teléfono móvil de Brown había sido localizado mediante una señal de una torre celular en la ciudad de Woodruff, a aproximadamente una hora de Anderson. Luego descubrieron que la única propiedad cercana a esa torre pertenecía a un hombre llamado Todd Kohlhepp, un exconvicto y delincuente sexual registrado.
Tras obtener órdenes de allanamiento para investigar su propiedad, movidos por su sospecha sobre el paradero de Brown, lograron localizarla con vida en la propiedad de Kohlhepp el 3 de noviembre. Estaba encadenada en un contenedor de envío cerrado con llave, y logró ser rescatada de allí, según reportó NBC News.
La joven explicó a las autoridades que su novio, que también desapareció con ella, había sido asesinado por Kohlhepp, pero no sabían dónde estaba ni las autoridades ni ella. De inmediato, Kohlhepp fue arrestado y acusado de secuestro, pero esa fue solo la primera parte de la historia.
La confesión de Kohlhepp terminaba con el cierre de dos casos sin resolver.
Los investigadores continuaron inspeccionando la propiedad de Kohlhepp y recolectaron una gran cantidad de evidencia incriminatoria en relación con su caso de secuestro. Sin embargo, emergieron detalles aún más perturbadores. Solo dos días después, descubrieron el vehículo de Carver en la propiedad y, posteriormente, el cuerpo del joven (según reportó CBS). La desaparición de Carver dejó de ser solo un caso en curso para convertirse también en un homicidio. Pero la investigación no terminó allí. Tras el hallazgo del cuerpo, Kohlhepp hizo una confesión impactante: tenía más víctimas, tanto en su propiedad como en otros lugares, cuyos cuerpos ya estaban enterrados por sus propias familias.
En 2003, la ciudad de Chesnee, en Carolina del Sur, quedó en shock tras un triple asesinato en un taller de motocicletas. Cuatro personas, incluyendo el propietario del taller, su madre y dos empleados, fueron encontradas muertas en Superbike Motorsports. En ese momento, la policía no pudo determinar quién era el culpable ni el motivo.
El caso se mantuvo sin resolver durante años. Hasta que en 2015, una pareja llamada Meagan y Johnny Coxie desapareció en Spartanburg, a unos 20 minutos de Woodruff. Nadie supo nunca qué había pasado con ellos, hasta el siguiente año.
Finalmente, Kohlhepp confesó a las autoridades que en su propiedad había más cuerpos, incluyendo las víctimas de lo que se conocería como los asesinatos en Superbike, según Greenville News. En otra búsqueda en su extensa propiedad, localizaron los restos de la pareja Coxie, lo que ayudó a cerrar definitivamente dos casos sin resolver que, de no ser por la confesión, probablemente nunca hubieran sido aclarados.