¿Qué pasará con el cuerpo del Papa Francisco? Cambios en sus funerales

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El Papa Francisco, el 266º pontífice de la Iglesia Católica, falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años. Tras ser ingresado en el Hospital Gemelli de Roma dos meses antes, donde fue tratado por un cuadro complejo que incluía neumonía y trombocitopenia, su estado se había deteriorado progresivamente. El Papa, cuya salud era delicada, también sufría de sensibilidad respiratoria y antecedentes de pleuresía en su juventud. Aunque fue dado de alta a finales de marzo, su condición seguía frágil y preocupante.

Su fallecimiento genera numerosas preguntas en la comunidad mundial: quién lo sucederá, qué ceremonias fúnebres se realizarán, y cómo se manejará su cuerpo. Tradicionalmente, los ritos papales siguen un protocolo detallado establecido en el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis«. Este manual describe los pasos a seguir tras la muerte del Papa, como la llamada en voz alta a su nombre, la destrucción de su anillo de sello si se confirma su fallecimiento, y el entierro en una serie de tres ataúdes encajados uno dentro del otro: de ciprés, luego de plomo y finalmente de roble.

Sin embargo, en abril de 2024, el Papa Francisco modificó estas reglas en línea con su filosofía de humildad y sencillez, reflejadas en su negativa a residir en los lujosos apartamentos papales. Entre los cambios más significativos, eliminó los tradicionales tres ataúdes anidados, optando por un entierro mucho más simple. La decisión fue en línea con su visión de un papado más humilde y cercano a las personas, eliminando las ceremonias excesivamente elaboradas.

Un funeral más sencillo y un ataúd modesto

El Papa Francisco actualizó el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis» para definir claramente qué pasos seguirán tras su muerte, asegurando que no habrá duda sobre qué le sucederá. En su deseo de simplificación, su cuerpo será colocado en un único ataúd de madera con lining de zinc, en lugar de los tres tradicionales. Este ataúd, de estructura sencilla y con un revestimiento de zinc que resistirá el paso del tiempo, será utilizado inmediatamente después de su fallecimiento.

El Papa también solicitó que su cuerpo se encuentre a la vista en una ceremonia de humilde paso previo a su entierro, en lugar de ser colocado en un catafalco elevado. La exhibición pública será en la Basílica de Santa María Mayor en Roma, una de las cuatro basílicas papales en la ciudad, donde suele rezar el Papa antes de viajar al extranjero. Esta muestra en tierra, con el ataúd abierto y en nivel del suelo, simboliza su sencillez y su cercanía a los fieles, dignatarios y líderes mundiales que deseen rendirle homenaje durante los nueve días de luto, conocidos como el Novendiale.

Otra de las decisiones que reflejan su humildad es que, a diferencia de la tradición de inhumar a la mayoría de los papas en la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, su cuerpo será sepultado en Santa María Maggiore en Roma. Esta elección de ubicación, una de las principales basílicas papales, refuerza su deseo de un entierro sencillo y accesible, en línea con su mensaje de humildad y servicio.

Antes de su traslado, el cuerpo del Papa será exhibido en la Basílica de San Pedro, a nivel del suelo y sin la elevación habitual en catafalco, permitiendo a los fieles y visitantes despedirse de manera más cercana y sencilla. Este acto es una muestra adicional de su compromiso con la modestia y la transparencia, valores que siempre promovió durante su pontificado.

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