Signos de advertencia de Joran Van Der Sloot que todos ignoraron

Crímenes y Misterios
Países Bajos, Aruba, Perú

La parte más impactante del caso de Joran van der Sloot es que, a pesar de que todo indicaba que era un asesino con un pasado violento y engañoso, logró evadir la justicia durante años, hasta volver a matar. En 2005, siendo adolescente y viviendo en la isla de Aruba junto a su familia adinerada, fue acusado de asesinar a Natalee Holloway, una turista de Alabama con la que había conocido en un casino. El cuerpo de Holloway nunca fue encontrado y van der Sloot fue liberado por falta de pruebas. Sin embargo, su comportamiento en los años siguientes fue profundamente sospechoso, y se descubrió que desde joven había mostrado signos de violencia que nadie intervino para detener.

Van der Sloot fue condenado por el asesinato de otra mujer, Stephany Flores Ramírez, cuyo cadáver fue hallado en su habitación de hotel en Lima, Perú, en 2010. Actualmente cumple una condena de 28 años en Perú por este crimen y también ha sido condenado por extorsión y fraude electrónico tras solicitar dinero a la familia Holloway a cambio de información sobre la ubicación de los restos de su hija. Una carta de confesión difundida en 2023 donde admite el asesinato, es utilizada como prueba por la familia Holloway que confirma su culpabilidad en la muerte de Natalee. Además, recientemente ha confesado tráfico de drogas. Aquí te presentamos las señales de advertencia que señalaron desde temprano que Joran van der Sloot podía ser responsable de los delitos que posteriormente se descubrieron.

Los años turbulentos de la adolescencia de van der Sloot

Joran van der Sloot tuvo una crianza privilegiada en Arnhem, Países Bajos. Su padre, Paulus, era abogado especializado en derecho gubernamental y aspiraba a ser juez, mientras que su madre, Anita, era profesora. Era uno de tres hermanos.

En 1991, tras varios años practicando en los Países Bajos, Paulus trasladó a la familia a Aruba, una isla del Caribe que forma parte de los Países Bajos. Tenía 4 años en ese momento, pero según la Crime Library, mientras crecía en la isla empezó a desarrollar comportamientos problemáticos, que su hermano afirmó que sus padres, aunque conscientes, no pudieron detener. Era violento con sus hermanos y compañeros de escuela, llegando a empujar a uno por una ventana de vidrio, y robaba dinero sin control a su padre. Se convirtió en alguien que dominaba totalmente a sus padres.

A pesar de que recibía terapia para controlar su conducta, Paulus continuó permitiendo que su hijo actuara sin límites. Sorprendentemente, incluso como adolescente, se le permitía conducir en la isla (la edad legal para conducir en Aruba es 18 años) y su padre le daba dinero para apostar en casinos, a pesar de ser menor de edad. Esto muestra cómo pudo haber desarrollado la creencia de que podía hacer lo que quisiera, alimentando su tendencia a la violencia y comportamiento delictivo.

Probables delitos sexuales en su juventud

Se reporta que mientras vivía en Aruba, van der Sloot desarrolló hábitos inquietantes relacionados con el sexo. Según informes, abordaba a parejas que llegaban en cruceros buscando intercambiar sexo por dinero, además de frecuentar casinos y lugares de vida nocturna, donde se sospecha que drogaba a mujeres con las que interactuaba. Una de las mujeres que pudo haber sido drogada por él fue identificada, pero se negó a colaborar con la policía.

También se cree que empezó a tener problemas con la policía de Aruba por su comportamiento borracho, incluyendo un incidente en el que arrojó a un hombre sin hogar al mar. Sin embargo, existe evidencia de que su padre, Paulus, pudo haber utilizado sus conexiones legales en la isla para mantenerlo alejado de la ley, lo que impidió que se revelaran detalles de sus conductas violentas y sexuales desviadas públicas.

Falta de remordimiento y actitud superior

Las investigaciones apuntan a que van der Sloot es un hombre convencido de su superioridad respecto a los demás, incluyendo familiares, víctimas y investigadores. Tras ser señalado como sospechoso por la desaparición de Natalee Holloway, intentó manipular la investigación cambiando sus versiones sobre los hechos, primero diciendo que estuvo con ella y unos amigos, y luego que la dejó en su hotel.

Su actitud descarada y el intento de inculpar a otros lo acercaban a la culpabilidad, pero la falta de un cuerpo impidió que se le imputara. Más tarde, dijo a un investigador privado que Holloway murió de un ataque tras tener relaciones en la playa, y que un amigo ayudó a desechar su cuerpo en el mar. Muchos creen que en esa época, Van der Sloot buscaba notoriedad para obtener dinero a través de los medios, dinero que luego apostaba en casinos. Solo en la cárcel y dispuesto a aceptar un acuerdo de confesión admitió que la asesinó apuñalándola cuando rechazó sus avances y arrojándola al mar.

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